ESCAPADA
Viaje en modo patriota
En esta zona, a 35 km de la capital, se respira la chilenidad todo el año. Es la tierra donde vivió la familia Carrera -con sus integrantes claves para nuestra Independencia-, aquí se continúa con la producción de loza policromada que se remonta al siglo XIX y, también, se encuentra un restaurante de cocina criolla donde la estrella es un tradicional pastel de choclo en masa. Y, si tienen suerte, pueden ver a una hechicera volando en su escoba.

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En ánimo patriota por la provincia de Talagante

La Pepita, cocina criolla
María Perpetua Jara, más conocida como Pepita, era una excelente cocinera que sacaba aplausos en la zoma. Junto a su marido, don Pedro Pinto, se encargó de traspasar sus recetas a su hija María Elena, quien hoy es la guardiana de la tradición. Esta es la historia tras La Pepita, el restaurante de comida 100% chilena que se encuentra en el camino antiguo a Melipilla, sector El Paico. Pastel de choclo en masa, arrollado casero, puré campesino con plateada, cazuela, costillar y porotos con rienda sacan aplausos los 365 días del año en este local, que está instalado en una antigua casa de campo. También imperdibles son sus empanadas hechas en horno de barro y el pan amasado con mantequilla y pebre. Para el postre, un clásico mote con leche. La tradición no sólo se queda en los platos: aquí sólo se puede pagar con efectivo o cheque.
Dónde: Los Libertadores 1050, El Monte.
Web: www.lapepitacocineriacriolla.cl
Reservas: 22818 1412

Tierra de los Carrera
La zona de El Monte tiene permanente presencia en los libros de historia, ya que en el valle central de la comuna vivieron los hermanos José Miguel y Javiera Carrera, próceres de la Independencia de Chile. El Fundo San Miguel –declarado Monumento Histórico en 1974– reúne las casas construidas en el siglo XVIII: la de los trabajadores, la bodega y la hacienda. Esta última sigue el modelo de las casonas coloniales, hecha de adobe sobre cimientos de piedra, con pasillos exteriores y un jardín interior. Hasta el día de hoy se ha conservado para su exhibición y quienes lo visiten pueden ver la primera bandera de Chile, que cosió Javiera en una pileta francesa, y la cama en la que durmió hasta su muerte.

Brindar por los Carrera
Esas casas hoy son parte de la Viña Doña Javiera, bautizada, por supuesto, en honor a la heroína nacional. No sólo destaca por sus diversas cepas –especialmente Cabernet Sauvignon–, sino que también funciona como eje turístico gracias a los tours que realizan por las casonas patronales, los jardines de araucarias, pinos y palmeras, además de la bodega con el proceso de producción del vino y su degustación.
Dónde: Calle Fundo San Miguel s/n, El Monte.
Web: donajaviera.cl

Túnel secreto
Otro punto interesante para conocer es el túnel secreto que conectaba la hacienda con la Parroquia San Francisco de Asís, a más de un kilómetro de distancia. En un principio, los franciscanos lo utilizaban para protegerse y, después del Desastre de Rancagua, los Carrera y otros personajes lo transitaban para esconderse. Tras el redescubrimiento de esta vía, impulsado por Lucio Cañete Arratia, se está ideando transformarla en un proyecto turístico, que incluya gastronomía, teatro y un paseo.

Las loceras de Talagante
Desde la Colonia, Talagante ha sido uno de los focos de producción de loza: utilitaria en un principio, de decoración más adelante. Surgió en el siglo XIX en el convento de las Monjas Claras y la técnica se ha transmitido por seis generaciones. Teresa y Marisol Olmedo Díaz continúan con el legado familiar en la loza policromada de Talagante creando con sus manos pequeñas esculturas de cerámica –de 20 centímetros–, que representan escenas costumbristas, religiosas y cotidianas: matrimonios, un pie de cueca y el clásico Cuasimodo. Los precios van desde $ 3.000 hasta $ 750.000 para estas postales de greda de la cultura chilena.
Dónde: Ramón Ramírez 1125, Talagante.
Web: www.lozapolicromadachile.cl

Pizza y cerveza artesanal Szot
En 2006, cuando aún no existían muchas cervezas artesanales en Chile, el californiano Kevin Szot fundó la cervecería que lleva su apellido junto a su señora, la chilena Karin Hevia. Szot ha sido pionera en el mundo de la cerveza craft, con un catálogo que incluye amber ale, rubia al vapor y negra stout. Todas son hechas sin filtrar ni pasteurizar, y no tienen preservantes, aditivos, clarificantes ni productos de origen animal. Hace poco abrieron su propio brewpub, un local con pizzas de masa fina con un secreto: en vez de prepararlas con agua, se ocupa cerveza. Su propuesta incluye la Fat Martini (carne molida, jalapeño, cebolla, pimentón y queso mozzarela) y la Tai Maní Ático de inspiración tailandesa con salsa de maní, jengibre, mozzarella, queso azul y longanicilla. Otro espacio es un un beergarden al aire libre con barra schopera. Para los fanáticos también ofrecen tours gratuitos a la cervecería.
Dónde: Camino Melipilla 7061, Talagante.
Horario: Viernes y sábado de 13.00 a 23.00.
Instagram: @cervezaszot

Vivero Las Brujas
La leyenda asegura que Talagante era tierra de brujas. Lo cierto es que las únicas hechiceras del pueblo son las Las Brujas de Talagante: vivero con más de 50 años de historia. En sus jardines cultivan árboles –como el abedul–, arbustos ornamentales –entre ellos azalea y lavandula stoechas–, enredaderas, helechos, cubresuelos y una amplia variedad de coloridas flores. En esta primavera destacan principalmente los lirios, camelias, clivias y clematis. Atendido por conocedores de las plantas, es una parada ideal para llevar un pedacito de la zona de vuelta a Santiago.
Dónde: Camino El Oliveto 835, Talagante.
Horario: Lunes a viernes de 8.00 a 18.00; sábado de 8.00 a 14.00; domingo de 9.30 a 13.00.
Instagram: @viverolasbrujas
Web: www.viverolasbrujas.cl