Sexta región
Viaje al pasado de la minería en Sewell
A 150 kilómetros al sur de Santiago, a 64 km de Rancagua y a 2 mil metros de altura se encuentra este antiguo pueblo minero que fue declarado Patrimonio de la Humanidad en 2006. Se fundó en 1904 por orden de la empresa Braden Cooper Company, dueña de El Teniente, la mina subterránea de cobre más grande del mundo. Allí vivieron 15 mil trabajadores, pero hoy es un verdadero pueblo fantasma que ha mantenido sus edificios multicolores, piscina, escuelas y cancha de bowling congelados en el tiempo. A continuación, lo que hay que conocer –y cómo hacerlo– de la Ciudad de las Escaleras.

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Viaje al pasado de la minería en Sewell

Un tour
Si bien Sewell no se puede visitar de manera particular, en GoChile ofrecen tours de un día que parten desde Santiago y Rancagua. A las 8.30 recoge el bus a los primeros pasajeros y a eso de las 10.30 ya están subiendo hacia Sewell en la carretera de montaña El Cobre, que tiene vistas panorámicas a la mina El Teniente. Al mediodía llegarán al antiguo campamento minero y empezarán a recorrerlo junto al guía, quien les irá contando toda la historia del campamento, quienes vivían ahí y les mostrará cómo se distribuían sus espacios y qué lugares tenían para la entretención, desde los clubes hasta el teatro y el bowling. Tres horas para pasear por todo el recinto y luego bajar a Rancagua para un almuerzo en el restaurant Fuente Millán, antes de partir nuevamente a Santiago.
Desde Santiago: 8.30 en Rosario Norte, frente a estacionamiento de Bicicletas de Parque Arauco. 8:45 en Plaza Baquedano, Calle General Bustamante al costado de Edificio Movistar.
Desde Rancagua: 10.30 en el Jumbo de Rancagua por Carretera del Cobre.
Regreso: Llegada a Rancagua a las 18.30; llegada al mismo punto de partida en Santiago a las 20.00.
Cotización y reserva: www.gochile.cl

ARQUITECTURA
¿Sabías que Sewell es llamada la ‘Ciudad de las escaleras’? Porque este pueblo minero no está conectado por calles, sino por escalinatas entre las que se ubican pequeñas plazas para descansar (¡ponte zapatos cómodos!). Aún se mantienen en perfectas condiciones alrededor de 50 edificios originales hechos de madera y acero. Estas construcciones, además, se adaptaron a las pendientes del cerro, por lo que parecen una extensión de la Cordillera. Lo otro que llama la atención son las fachadas de fuertes colores –celeste, verde, amarillo, rojo- que resaltan especialmente cuando está nevado. Allí vivieron por décadas los mineros y técnicos, en un plan segregado según nacionalidad y estado civil: los norteamericanos tenían asignados una parte y los chilenos otra, así como también los solteros y los casados que vivían con sus familias.

MUSEO DE LA GRAN MINERÍA DEL COBRE
Donde mejor se podrá comprender la época y el funcionamiento de Sewell es en el Museo de la Gran Minería del Cobre inaugurado en 2010, que se encuentra en lo que solía ser la escuela industrial del campamento. Ahí se explican los procesos de elaboración del cobre, las maquinarias que se utilizaban –y cómo han ido avanzando a nivel tecnológico- y los objetos que se fabrican con el mineral en todo el mundo. Además, se reconstruye la vida de las personas que vivían y trabajaban aquí, quienes quisieron aportar sus historias y objetos personales para este centro. ¡Hasta tiene tiendita de regalos!

DEL BOWLING A LA PISCINA
No todo era trabajo para los mineros que vivían en Sewell. Dentro de la ciudad contaban con clubes sociales –que solían estar divididos para norteamericanos y chilenos-, teatro, una cancha de bowling y una piscina temperada. Además, aquí se encontraba el hospital más moderno de Sudamérica de la época, una compañía de Bomberos, escuelas industriales y una Iglesia. Todos estos aún se mantienen en pie, tal cual fueron dejados.

Sewell nevado
Antiguamente se podían acumular hasta 7 u 8 metros de nieve en las calles-escaleras y esta foto es de sólo hace unos días. Gracias a su ubicación en plena Cordillera de los Andes -y a más de 2 mil metros de altura-, este invierno es la fecha perfecta para visitar Sewell y verlo cubierto de blanco, ya que así la vista es mucho más linda por el contraste con los edificios multicolores. Es por eso que entre junio y septiembre Sewell recibe la mayor cantidad de visitantes del año. Si te interesa, la Fundación Sewell organiza fechas para visitas grupales –algunas con promociones y descuentos–, las cuales puedes conocer en su Facebook @fundacion.sewell